Los macabeos y garnachas de L’Olivera abren el ‘d’vines’ 2023
Maridajes para visibilizar las enólogas y viñeronas de Lleida
La enóloga, Clara Griera, abrió la segunda edición del ciclo ‘d’vines’ ayer jueves, día 2 de marzo, con vinos de L’Olivera elaborados con uva macabeo y garnacha como protagonistas. El restaurant L’Espurna de Lleida acoge este ciclo de maridajes para dar visibilidad a las enólogas y viñeronas de Lleida, en el marco de una campaña de Como Pomona que cuenta con la colaboración del INCAVI, DO Costers del Segre, el Área de Igualdad de la Diputación de Lleida y Turisme de Lleida del Ayuntamiento de Lleida.
Clara Griera se forma como ingeniera técnica agrícola; se licencia en tecnología de los alimentos; y posteriormente, cursa un Máster en viticultura y enología. En la actualidad es la responsable de bodega cooperativa L’Olivera y forma parte de su Consejo Rector.
Convencida de que hacer vino «es un hito año tras año, vendimia tras vendimia, sufriendo, disfrutando y trabajando a partes iguales, para que de la uva se convierta en un brebaje agradable, intenso, sincero, personal y con vida propia”. Griera destaca que «para mí supone, en primer lugar, la pertenencia a un proyecto productivo como es L’Olivera».
Asimismo, la enóloga cree que las mujeres destacan por la gran profesionalidad, sencillez y honestidad que aportamos a los vinos. Pero lamenta que, en el sector del vino, como en otros, «los más reputados, los más reconocidos y los más mediáticos son todavía los hombres. Las mujeres trabajamos incansablemente, pero de puestas para dentro, sin levantar la voz y los medios de comunicación visualizan a quienes hacen más ruido, a quienes tienen más presencia, a quienes siempre están ahí».
Armonía entre vino y cocina
El equipo del chef de L’Espurna, Jesús Gimena, abrió la cena casando una ‘Orelleta especiada y Croqueta de bacalao con manzana de Lleida y alioli’ con el vino Missenyora 2020 (100% Macabeo). Griera presentó un vino óptimo para el aperitivo que, además, ofrece una conexión importada de la dulzura del vino que cuenta con algo de mosto añadido y la manzana que acompaña al bacalao. El salado del bacalao y alioli hace buena compañía al resultado final.
De entrante, los comensales degustaron una ‘Ensalada de remolacha con su vinagreta, naranja y pistachos’; casada con el espumoso Reserva Superior 2018, que la enóloga describió como un monovarietal de macabeo con un elegante paso por roble y una crianza en botella superior a los veinticuatro meses. Todo un punto de encuentro del toque cítrico y aroma a frutos secos del vino con la naranja y pistachos de la ensalada. El carbónico aguanta bien la vinagreta, enemiga natural del vino.
La ‘Corbina con suquet de marisco, milhojas de patata y gamba roja’; se degustó con un tercer vino monovarietal de macabeo; pero, en este caso pasado por roble, el V89 2018. Clara explicó que este vino blanco había sido reconocido como el mejor blanco de crianza y mejor Macabeo de la DO Costers del Segre 2022. Un vino con notas de miel, fruta en compota y un punto de hidrocarburo. Con frescura para equilibrar el zumo concentrado de marisco y complejidad para acompañar a los diferentes ingredientes. Destaca la coincidencia de textura entre vino y plato.
Al mismo tiempo de la carne, el ‘Meloso de mejilla de cerdo con texturas de miel, mostaza, soja y tirabeques braseados’; Griera comentó el Tossudes 2021; un vino tinto elaborado principalmente con garnacha tinta, y otras cinco variedades en menor proporción. Este vino, fresco y ligero, limpia la boca de la grasa de la reducción de la mejilla estofada. Su elaboración sin madera facilita también el maridaje con elementos tan variados como la miel, mostaza, soja… El recuerdo de brasa del plato también nos evoca encuentros de amigos con barbacoas con un consumo de vinos más sencillos y directos.
Finalmente, el ‘Pastel de queso Tou dels Til·lers con fruta roja estofada’ estuvo acompañado por el Rasim Vimadur Dulce 2018, un monovarietal de garnacha tinta sobre madurado en la vid. «Todo un homenaje al patrimonio vitivinícola leridano», según Griera. El resultado: gran armonía o maridaje con dos puntos de conexión importantes entre el vino y el plato, más allá de ser los dos dulces. Como la coincidencia de aromas i sabor de los frutos rojos del postre y los de la variedad garnacha.
Una noche muy gastronómica, probando vinos finos y buena comida… reivindicando visibilidad por las mujeres del vino, caminando hacia la igualdad.