El próximo 15 de noviembre, en Belgrado, capital de Serbia, Gabi Lucas se enfrenta a uno de los retos más importantes de su carrera como sumiller. No es un desconocido en el ámbito del vino; su carrera ha estado marcada por premios y logros, entre los que destacan ser Campeón del Ruinart Challenge 2019 y Mejor Sumiller de España en 2021. Desde entonces, su vida ha dado un giro de 180 grados, llevándolo a representarnos en la Final ASI Mejor Sumiller de Europa, África y Oriente Medio 2024.
En esta entrevista exclusiva, nos comparte detalles de su trayectoria, su preparación y su pasión inquebrantable por el vino. Gabi Lucas habla del vino con una pasión desbordante, pero no es una pasión desmedida. Para él, el vino es su vida. «Siempre he pensado que, en realidad, la competición es conmigo mismo», confiesa. «Amo tanto el vino que me siento como él, mejorando con el paso del tiempo, ganando madurez, ganando vida». Esta es, quizás, la esencia de su camino profesional: una evolución constante, un deseo imparable de mejorar. La suya es una vida que se reinventa constantemente en busca de la excelencia, una característica que también lo define como persona.
Nacido en Palma de Mallorca, Gabi Lucas no parece un hombre dispuesto a imponerle límites a su pasión. “Tal vez mi naturaleza isleña me lleve dentro a un explorador que ha escogido como navío una botella», dice con una sonrisa. Ese espíritu viajero lo ha llevado a explorar los más diversos vinos y culturas vinícolas del mundo, convirtiéndolo en un experto que, sin perder de vista sus raíces, se ha abierto al mundo. Su coronación como Mejor Sommelier de España en el 2021 en el concurso organizado por la UAES, fue un antes y un después. «Desde ese momento, la gente te escucha», afirma con humildad. Este título, avalado por la Asociación Internacional de Sommeliers (ASI), es un sello de prestigio y respeto al sector, abriéndole puertas y consolidando su voz en el mundo del vino. Sin embargo, Gabi no se conforma. Desde entonces, ha continuado su formación sin descanso, buscando mejorar en cada área.
Preparación para el reto de su vida
La preparación de Gabi para la final en Belgrado ha sido exhaustiva. Hace casi dos años que me he preparado, con al menos tres horas de estudio cada día”, nos explica. Ha estudiado a fondo cada país, las uvas, las regiones de producción, los ríos, las montañas e incluso las particularidades menos conocidas de sus bebidas. No deja nada al azar. Además, ha cuidado el cuerpo y la mente, manteniendo una dieta equilibrada y evitando el consumo de alcohol, en busca de un equilibrio que le permita rendir al máximo. Gabi encuentra un placer especial a la hora de competir en el escenario. «El escenario es donde sale la magia, donde se giran las cartas y la gente ve tu transformación, ese alter ego que has estado preparando», explica. Esta capacidad de entrega y de metamorfosis es la que cautiva
Para Gabi, la comparación con otros competidores europeos es inevitable, y admite que en España todavía falta apoyo estructurado para los sumilleres que compiten en estas grandes ligas. «Solo es casi imposible», comenta, aunque agradece haber contado con mentores que le guiaron a su entrenamiento. A diferencia de otros países en los que estas preparaciones son organizadas y financiadas, en España Gabi ha tenido que encontrar sus propios recursos y apoyo, demostrando un compromiso y sacrificio extraordinarios.
Un sueño que va más allá del título
Cuando le preguntamos qué espera de este campeonato, Gabi tiene una respuesta clara: “Disfrutar, aprender y conocer a nuevos compañeros y compañeras”. Pero su objetivo va más allá de sus resultados personales. Desea inspirar a jóvenes sumilleres españoles, mostrar que es posible estar entre los mejores del mundo y, algún día, ver a un sumiller español en lo alto del podio. Para Gabi Lucas, el próximo 15 de noviembre será un día de celebración y de lucha, una oportunidad de demostrar que el vino no conoce fronteras, y que un sumiller español puede brillar en el escenario internacional. Este hombre apasionado, humilde y valiente no sólo representa a España; representa el espíritu del vino, la dedicación y el amor que nacen de copa, campo y sueño que no conoce límites.