Sara Jové explica que la bodega se prepara para ir innovando durante los próximos diez o quince años próximos
A pesar de la crisis de la Covid-19, la bodega Mas Blanch i Jové de la Pobla de Cérvoles (miembro de la Ruta del Vino de Lleida – DO Costers del Segre) crece con ocho nuevas hectáreas de viñedo a 800 metros de altitud, » la mayor parte de Garnacha Peluda, pero también con algo de Macabeo y Garnacha Negra y Blanca «, explica Sara Jové.
Sara Jové aprovecha los encuentros #CONFITATS con Como Pomona para explicar que «estamos proyectando la imagen de donde queremos estar dentro de diez o quince años». «En esta vida, uno no se puede ‘apalancar’, y en Mas Blanch i Jové siempre pensamos qué más podemos hacer», puntualiza la joven bodeguera, responsable de la bodega familiar junto con su hermano y padres.
Jové detalla que junto con la família de vinos Saó (Abrivat, Expressiu, Blanc, Rosat, Petit Blanc i Petit Negre), referencia de la bodega, cada vez tienen más ganas de crecer en «la experimentación de vinos diferentes con arcilla, fermentación espontánea …» Unas elaboraciones que considera «divertidas», desde el punto de vista de hacer cosas diferentes, y con un resultado espectacular que es muy motivador.
Siguiendo la línea de los nuevos monovarietales Troballa (elaborados con garnacha blanca i negra en recipientes de arcilla), la idea es seguir haciendo vinos de este tipo que sean «un poco más ‘freakies’ pero, al mismo tiempo tengan mucha autenticidad y mucha carga del territorio».
Respecto a la Viña de los Artistas que acoge la finca de la bodega, Sara Jové nos dice que ya están preparando nuevas actividades para cuando se pueda reactivar el área de enoturismo. Unas propuestas que siempre destacarán por su apuesta por armonizar «la cultura del vino con la gastronomía, naturaleza, ecología, y el arte».